Hay una gran diversidad de productos internacionales en el mercado, se pueden encontrar muchas cosas que antes era imposible encontrar. Uno veía recetas de distintos países y había el impedimento para poderlas realizar por tener ingredientes desconocidos. Actualmente, con la apertura de aranceles eso ya ha cambiado, sólo se necesita encontrar la tienda a donde llegue esa clase de productos que andamos buscado. Por ejemplo, hace algún tiempo había visto las recetas que subió a su blog, mi querida Hilman, sobre las nutritivas bayas de goyi, sólo pude admirar sus hermosos panes con un color espectacular. ¿A dónde iba yo a encontrar en México esas bayas del Himalaya? Pero, oh sorpresa, que las encuentro en una tienda de productos orgánicos y me puse a hacer los panes. Quedaron con un color dorado y muy sabrosos.
Del mismo modo, (sólo que en este caso es un producto nacional) caminando por las calles de Xalapa me encontré en una tienda con la harina de Ojite, o de Ramón, o de Ochite, su nombre científico es Brosimum alicastrum. Es un árbol cuyo fruto seco se usa para hacer harina; y también se consume la semilla nueva cocida o nixtamalizada. Este un alimento prehispánico, de origen Mesoamericano. Es muy alimenticio y sobre todo que tiene mucho calcio. Es un árbol que ha estado en peligro de extinción por utilizarlo para explotar su madera. Actualmente lo están protegiendo más y difundiendo sus propiedades. Yo espero que pronto, muy pronto puedan encontrar su harina o semilla nueva en más almacenes. Que lo busquen, sepan de su existencia y sobre todo que experimenten cocinar con él. Se pueden hacer, este pastel que les comparto o agregarlo a las tortillas de maíz y hacerlas más nutritivas, hacer atoles, galletas, helados, panes, tamales. Su sabor es muy rico, se tiene que tostar el harina para consumirla y el olor es muy agradable. Huele como a café, a chocolate, a algo rico. Antiguamente se consumía junto con el maíz, el amaranto y la chía y con todos ellos se enriquecía más la dieta prehispánica. Desde hace tiempo vengo poniendo recetas que incluyen estos ingredientes para agregarlos cada vez más a nuestro consumo diario.
Bueno, la verdad es que como pueden ver estos descubrimientos no son nada nuevos, ni las bayas ni el ramón. Cada uno, por sí solo ya tiene largo tiempo de consumirse, pero yo apenas lo estoy incluyendo en mi dieta. Ojalá ustedes también lo hagan.
Pastel de harina de ramón con chocolate:
(receta que viene en el cuadernillo de “Cocinemos con ramón” y modificada por Ilyas Siddique)
¿Qué necesito?
1 taza de ramón molido tostado medio
1/2 taza azúcar
1/2 taza harina trigo
1/2 taza harina integral
1 cucharada royal
3 huevos
3 plátanos bien maduros, casi negros, machacados
1/2 taza aceite
1 cucharadita vainilla
1/2 taza de cobertura de chocolate amargo para fundir
o puede hacerse una cobertura de confitura de maracuyá y entonces necesitaremos 3 maracuyas
y 1 taza de azúcar
¿Cómo se hace?
Antes que nada, tostar la harina en un recipiente que no queme y dejarla de un tostado medio. Mi hija me fue indicando como hacer este pastel para mi cumpleaños, ella ya lo había hecho. Según ella había que tostarlo todavía que este de la foto que ilustro.
Mezclar los ingredientes secos en un tazón. Mezclar los ingredientes húmedos en otro tazón. Combinar las dos mezclas, la masa debe ser bastante liquida. Yo le puse un poco de leche. Probar para asegurar buen sabor (a veces requiere mas azúcar) y poner en un molde para pastel.
Hornear aproximadamente 25 min a 180°, debe quedar ligeramente húmedo en su interior.
Cobertura
La cobertura de chocolate se coloca en un recipiente a baño María hasta que se derrita el chocolate. Se extiende sobre el pastel.
Yo puse las dos coberturas, primero la de maracuyá y luego la de chocolate.
Se pone a hervir la pulpa de 3 maracuyás y media taza de agua por tres minutos. Se retira del fuego. Se cuela la pulpa y se vuelve a poner en la estufa, se agrega el azúcar y se deja hacer un jarabe espeso, cuidando que no se consuma mucho. Yo prefiero hacer este jarabe con más maracuyás para evitar que se queme y poder tenerlo en conserva, enfrascado y esterilizado para usar cuando sea necesario. Si a ustedes se les dificulta hacer o conseguir maracuyás pueden sustituirlo con mermelada de chabacano, o ya de plano con puro chocolate.