jueves, enero 31, 2008
Apresuramiento global
Esta semana comienza el carnaval y el míercoles la cuaresma, ay, qué rápido se viene todo, pérenme tantito.
También me sorprende que desde principios del año ya haya mangos, y hasta camiones vendiendo mangos manilas y ataulfos en las esquinas, ¿qué eso no era en mayo? Ahora hay higos todo el año y unos miserables duraznos que saben a pirú, extraño los duraznos de julio directos de Zacatecas.
¿En dónde sembraron estos mangos apócrifos? Dicen que es el calentamiento global, yo creo que es el apresuramiento global, nomás hay que ver cuantos embarazos en niñas menores de 15 años hay cada año. Ah, el tiempo se agota y yo tan lenta para escribir. El día que el Dr. House cante y baile ese día mi mano se repondrá y Huge Laurie me dejará de gustar.
miércoles, enero 30, 2008
El bestiario cotidiano 2
martes, enero 29, 2008
La pura vida en Costa Rica 1
Apenas llega uno y se llena de novedades, me entero con gusto que ya hay posibilidades de escribir en blogger en árabe, hebreo y persa. Qué gusto, con lo que lo bien que me salen esos idiomas cuando me emborracho. Que hay una polémica sobre la nacionalidad del Secretario de Gobernación. También supe que corrieron unos aironazos que tiraron mis macetas de la azotea. Lástima que no descalabraron ningún perro de la vecina. Aunque he de decir que desde que llegamos a San José fuimos recibidos en un noveno piso con un concierto escalofriante de aire aullador todos los días y a todas horas.
Costa Rica tiene sólo dos estaciones, dijo mi amiga Claudia, tica residente y resignada en México; invierno, que llueve mucho y verano, que no llueve; tú vas a llegar en verano. Sí, en un verano frío, airoso y seco. Por eso había que moverse y conocer los lugares del Valle Central. La playa más cercana está a dos horas y media de San José. Y sí, lo que dicen es cierto, Costa Rica es un país hermoso, limpio y con una activa conciencia ecológica por preservar sus parques nacionales, sus playas, sus bosques, su flora y su fauna. En un país chiquito con pocos habitantes, no ha sido tan difícil ponerse de acuerdo. Aquí tenemos 38 veces más la extensión de su territorio y con 27 veces más su población, sin contar que son otras las condiciones del clima y del suelo.
Fuimos dos veces a las playas del océano Pacífico, nos faltó el Caribe, ni modo mami, otra vez te espero en Limón. Visitamos varios de sus volcanes y constatamos que en verdad tiembla a diario en San José.
Gallo pinto en la mañana, casado de almuerzo y ya no quiero cena, sólo un traguito de Guaro. Algunas personas se quejaban en el hotel de que a diario daban de desayunar frijoles con arroz, el famoso gallo pinto, platillo típico costarricense para desayunar. ¿Pues que esperaban? ¿Chilaquiles? Yo me los empacaba con gusto y sin rezongar, a mí no me molestó. El gallo pinto son frijoles con arroz, pimientos y cilantro. El Guaro es una bebida alcohólica de caña, típica de Costa Rica.
En San José nos recomendaron comer en la Princesa Marina, fuimos hasta la sucursal de Moravia que según ellos es la mejor. Pedimos un consomé de pescado tan rico, con un sabor a mar concentradísimo, nada que comprar con ese sabor, venía acompañado de un escabeche de plátano; luego unas chuchecas con aguacate, que son ostras muy parecidas a la pata de mula, pero no tan sabrosas, esas estuvieron ni fu ni fa.
Después una zarzuela de mejillones (ya saben que las ostras son mi vicio, que le voy a hacer) esas estuvieron como para ponerle casa al cocinero, y como dicen los ticos: PURA VIDA. No podía faltar la langosta que fue lo que nos animó a visitar este restaurante. Sólo había colas, pedimos una de 250 gramos, la verdad la esperaba muy pequeña y no, llegaron cuatro generosas colas partidas por la mitad de muy buen tamaño y deliciosas, ya no me las podía terminar. En México por una cantidad así fácilmente nos hubieran cobrado unos $700.00 pesos, ahí pagamos el equivalente a $ 120.00 pesos, cinco mil ochocientos colones.
Las langostas las acompañan de palmito y un puré de papa regüeno
El domingo Gonzalo descubrió un restaurante nicaragüense, nos acercamos a ver el menú y lo que tenían en su plato los comensales. Un señor que estaba comiendo en una mesa afuera nos invitaba a que entráramos, aquí se come muy rico, nos dijo, yo soy tico pero me encanta venir aquí. Al ver que yo no le quitaba la vista a lo que tenía en la mesa me fue diciendo los nombres de las cosas: baho, nacatamal, lengua en salsa, repochetas. Tenían un montón de tortillas blancas hechas con una masa martajada, de repente el señor partió una tortilla y me dio un taco de una masa amarilla. No gracias, es muy temprano para mí almorzar a esta hora. Pruebe, cómase un poquito, es indio viejo, una masa de tortilla cocinada con carne, achiote y naranja agria. Me insistió tanto que tuve que aceptarle al amable señor, sus amigos y todo el personal del restaurante me veían divertidos, parecía una pordiosera recibiendo comida. La mexicanita alimentada por un tico comiendo comida nicaragüense, me aguante la pena y probé ese exquisito platillo que nos hizo regresar horas más tarde. El señor que me dio de comer me dijo que era cocinero, tenía que ser, nos reconocemos y en la forma de mirar el taco se conoce al que es tragón. Cuando regresamos me asombró la cantidad de refrescos naturales que había en el menú: tiste, cacao, semilla de jícaro, pozol con leche, cebada, arroz con piña, chicha, chicha con tamarindo, avena con leche. Probé como tres bebidas, pero la mejor fue el tiste: pinol y cacao, llegó en una hermosa jícara torneada acompañada con un molinillo. En las paredes del restaurante no podía faltar su famoso poeta, Rubén Darío.
Indio viejo
Baho
Tiste
jueves, enero 17, 2008
lunes, enero 14, 2008
Blog en Huelga
¿Comerías a tus amigos para sobrevivir?
85%
viernes, enero 11, 2008
La Martiniana
sábado, enero 05, 2008
El día de la Epifanía
Otros expertos aseguran que los orígenes son más antiguos y se remontan a la antigua Grecia y al general Pericles. Pericles fraccionó sus fuerzas en ocho divisiones y permitió a las divisiones que echaran suertes. La división que sacó un haba blanca tuvo permiso para retirarse y hacer fiesta mientras que las otras tuvieron que luchar.
Texto tomado de: El librito del amante de las legumbres
Judy Ridgway
¿En que momento cambió el haba por un muñequito adentro de la rosca? No es fácil precisar. Pero ya sabemos que en nuestras costumbres el que encuentra el muñeco va ha ser el que va ha financiar o preparar los tamales para el dos de febrero. No hay más, por mucho que traten de tragarse al mono o meterlo más al fondo de la rosca. Debido a esta razón es por eso que se le ponen más muñecos a las roscas, hay roscas chiquitas hasta con cuatro muñecos para que no se hagan guajes y se repartan los gastos del tamal.
Yo por lo pronto me la he pasado en el amasijo estos días. Les dejo un pasaje de la historieta que elaboramos mi amiga la Dianita Scarlett y yo, especial para este día.
miércoles, enero 02, 2008
Que no duela, ¡auch!
Dos. La mantequilla ha sido para mí un ingrediente cercano. ¿En qué momento los mexicanos comienzan a despreciar el uso de mantequilla y a cambiarlo por un ingrediente poco confiable como la plástica margarina? ¿Grasa en las caderas? ¿Infartos? La margarina tiene más calorías, no hay gran diferencia.
Yo atribuyo que la popularidad en el uso de margarina se debe a tres factores. Primero el económico, es más barata que la mantequilla; segundo, la idea esa de dejar de consumir ingredientes de uso animal, la moda Light; y tercero, una publicidad contundente en el consumo de margarinas: niñitas mustias con una boca feroz y hambrienta devorando una rebanada de pan untada con esa grasa hidrogenada.
Tres. Los oficios se notan en las personas. Las costureras salen a la calle con hilos pegados a su vestimenta, los albañiles con sus ropas polvosas, los dentistas huelen a clavo, y la otrora panadera galletera que era, traía las manos y el pelo impregnados de olor a mantequilla. Para algunas personas ese olor era grato, a mí me hostigaba. En los cines se derrocha con maña ese olor palomero-mantequillero, pero es falso, igual que los panquecitos Tía Rosa que pregonan su sabor casero, puro saborizante a mantequilla.
Pero hay cosas imposibles de sustituir con margarinas. Los hindús iluminan sus lámparas sagradas con ghee, o mantequilla clarificada, sería un sacrilegio falsificarlas con otra grasa; o esos delicados pastelitos árabes que son regalos para el paladar, pistachos, miel y mantequilla en la boca, ahhh; y las roscas de reyes, que si no es casera será poco probable que haya sido hecha con mantequilla.
Cuatro. A todo esto de la mantequilla como lubricante, en el año nuevo que comienza yo sólo espero que las cosas que se he dejado suspendidas y estacionadas, puedan alcanzar una pendiente favorable, deslizada con alguna materia grasa aunque sea de margarina, bueno hasta de grasa de coche quemado, pero por favor que circule y lleguen a buen término.